La flor del cacao, la secuencia de Fibonacci y el número áureo

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Las ciencias, incluida la matemática, encontraron sus fuentes en descubrimientos naturales. Desde la antigüedad, científicos e investigadores han recurrido a la observación de la naturaleza para intentar explicar patrones y maravillas.

Un elemento tan pequeño, simple y hermoso como la flor del cacao nos hace conscientes de la perfección de la naturaleza, que, en líneas discretas, nos muestra un diseño emocionante: un modelo que corresponde a uno de los conceptos matemáticos más fascinantes, la secuencia de Fibonacci.

Leonardo de Pisa (Fibonacci) logró descubrir en el siglo XIII una secuencia numérica iniciada en 0 y 1, según la cual se puede establecer un tercer número como la suma de los dos anteriores (1, 1, 2, 3, 5…). Cuando se dividen dos elementos consecutivos de la secuencia, el resultado se aproxima a la proporción áurea o número de oro (1.6180339). Desde entonces, la serie de Fibonacci predomina en la música, la arquitectura, las artes visuales y otras artes, imitando el efecto mágico expresado en diseños tan diversos como galaxias, caracoles o, lo que nos ocupa ahora, flores.

La flor del cacao tiene simetría pentámera, es decir, cinco pétalos radiales que emanan simétricamente de su centro, una delicadeza que nos recuerda a las estrellas de mar. La base de esta arquitectura descansa en una de las figuras geométricas más perfectas: el pentágono. Este polígono también es llamado pentáculo, pentagrama, pentalfa o pentángulo y es una de las figuras geométricas en cuyas proporciones internas aparece también la proporción áurea. La estrella pitagórica o estrella de 5 puntas se obtiene al trazar diagonales en un pentágono regular; este símbolo fue la consigna de la escuela científica, religiosa y política fundada por Pitágoras en Crotona alrededor del 572 a.C., convirtiéndose en la primera escuela matemática griega. El pentágono fue considerado el santuario de la armonía, la sinfonía del número, el anagrama humano y el culto a lo femenino. Una de sus máximas establecía la necesidad de «investigar el principio de orden manifestado en el universo para intentar asemejarse a él».

Somos Cacao, en su propósito y búsqueda principal, combina la naturaleza y el conocimiento científico como la relación de identidad más importante, aspirando a la plenitud del «somos» como lema. Por esta razón, nuestra nueva imagen se inspira en la hermosa estrella floral de cinco pétalos, el origen y principio de nuestra razón de ser: el cacao.

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